martes, 9 de enero de 2018

25 VISITA POTRERO DE LA PALMITA



Domingo 17 de diciembre, la lluvia es persistente en gran tramo de la carretera, el amanecer destella entre un azul intenso, los cerros auguran grandes eventos, la neblina no es usual en zonas tan bajas, pero la vista es como de ensueño.

carretera guadalajara-tepic


Ya en Tepic, el sol nos recibe con mayor calidez, la presa esta muy tranquila, algunas nubes enmarcan los cerros, la lancha arranca y mi suspiros también, el panorama es grandioso, recién atravesamos el ramal del río que va hacia Travesia y Ciruelar, una ligera llovizna no recibe en creciendo que alcanza a mojarnos bastante, el nivel del río es alto, así que sólo tendremos que subir casi que el trecho del empedrado, la llovizna persiste pero muy tenue ya.

presa aguamilpa, Tepic

Me recibe la señora Rosalía en las cabañas, nos abrazamos, platicamos un poco, andan unos chivos sueltos comiendo la yerba y me dice que los espantemos para que se vayan, pero, no nos hacen caso y deambulan por entre las piedras comiendo más yerba, hay un par grandes y algunos más pequeños, la llovizna viene y va, aunque no está tan cerrado el cielo, lo que hace pensar que no durara mucho más.

Chivos en las cabañas
A poco rato llega Mónica, nos abrazamos y le ayudo a preparar mi cuarto, tendemos la caba y colocamos el pabellón, reímos mucho como ya es nuestra costumbre, sobre todo le pregunto que tanto bailó una noche antes, pues se que hubo XV años de Elisa, pero dice que no mucho porque anda algo mala de la garganta. Me dice que también estuvo un rato en la fiesta en casa de mi mamá Marina, porque tuvo fiesta del tambor, le digo que si tomo tejuino y dice que jamás como dos vasos pero que si estaba bueno y nos reímos al unísono.



La brisa continua, el silencio es entrañable, ya lo extrañaba a montones, lo agradezco infinitamente, el agua cae como en cámara lenta, o al menos, es la impresión que me da, puedo ver las gotas de forma independiente brillando con los rayos del sol que logran filtrarse entre las nubes razón de sobra para que apoco rato estando recostada piense, esto puede generar arco iris, me levante rápido y sí, ahí estaba, sobre parte del pueblo, el gran arco de siete colores brillando entre los cactus, era hermoso.

arco iris en potrero de la palmita


Que mejor bienvenida podía tener, duró buen rato, vi como poco a poco se esfumó dejando una grata sensación de temporalidad relajada, donde no hay prisa, donde el inicio es un ahora constante.
Poco tiempo mientras platicaba con Rosalia, escuche algo de bullicio, eran los peregrinos que ya se encaminaban hacia el río pues iban en busca de awirikuta, yo sabía de antemano que mi papa Liborio, Alejandro, el señor Isidro papá de Estrella y demás familiares partirían esa tarde hacia lugar sagrado, me acerqué a saludarlos y despedirlos a la vez, me regañaron por no haber ido de inmediato recién llegue a saludar, Elvia también iba, así como Alberto para quien será su primera vez, Estrella se quedaría con mamá Marina y el resto de las esposas de quienes se alistaban ya en la lancha, -nos vemos el jueves me dijeron, nos esperas no te vayas a ir-, aquí nos vemos les dije, la lancha iba bien cargada, la primera parada era ahí cerca, en la isla, dejaron ofrenda se presentaron y partieron hacia San Luis.

Vista hacia la isla sagrada

Poco después fuí hacia la casa de mamá Marina, quien ya me esperaba, nos abrazamos, me preguntó si había visto a mi papá antes de irse, le dije que sí, en el solar se miraba el fuego que debería permanecer alimentado durante toda la travesía de los peregrinos, las ofrendas estaban tendidas, la sangre y la carne de venado estaban presentes, cada cierto tiempo había que ir a alimentar el fugo y a los peregrinos, rociar agua y maíz para que no les falte agua y alimento.



Pase una semana en el rancho, disfrute de los días, las mañanas, las tardes, las noches y las madrugadas, comí delicioso, consentida por mis mamás, caldo de venado, chicharrón de pescado (de mis favoritos), enchiladas, huevo con nopales tiernos, mojarra, pescado salteado, caldo de pollo, quesadillas, arroz,  y hasta buñuelos, tortillas hasta más no poder, y en esta ocasión especial, tortilla de harina hecha a mano, agua de jamaica que sembró y cosechó mi papá, y como la fiesta lo ameritó había nawa, así que lo bebimos a diario, hasta que regresaron de la peregrinación, cada noche todas las mujeres compañeras de los hombres en lugar sagrado, llegaban a casa de mamá Marina y se juntaban junto al comal, se platicaba, se reía y se convivir compartiendo bajo un cielo claro lleno de estrellas titilantes, ya oscurecido me iba a dormir a las cabañas, pero recién amanecía iba a desayunar con mamá Marina y Estrella.


Mamá Marina torteando
Xochitl y Marina

Mujeres cocinando buñuelos

Durante esos día, conviví mucho con Daniela, la hermana pequeña de Juan, hijos de Adela, reí mucho con esa pequeña, debido a diversas conversaciones y acciones, llegamos a la conclusión de que se estaba convirtiendo en gallina, a lo que ella dijo que más bien en bruja, así que mantuvimos variadas conversaciones al respecto, todas ellas muy interesantes.

Daniela con Alvaro el gato de Alejandro

Caminé por la calle principal varias veces hacia la tienda, hacia casa de mamá Basilia, hacia la cancha, una tarde me quede platicando con Sofía, Hilda, Charlina, Juan y Daniela fuera de la tienda mientras el atardecer nos regalaba una vista excepcional, todos nos quedamos por un momento callados y con expresión de encanto, de esos instantes que compartes algo más que palabras y los latidos del corazón marcan un ritmo unísono, fue un gran momento.

atardecer en potrero de la palmita

Escuché muchas pláticas e huichol y aunque no comprendía del todo, lograba entender que estaban hablando, ayuda muchísimo el que cambien de entonación de acuerdo a lo que se trata y que gesticulen y tengan gran lenguaje corporal, se algunas palabras pero no logro mejorar mi pronunciación, Estrella sigue riéndose de como se me complica.

En esos día también llegó al rancho mi hermano Chaca, hijo de mamá Basilia, platicamos mucho, le gusta hablar, me contó como le ha ido en Tepic, cuando el esta, la ahijada me habla más y hasta se ríe conmigo, así que aproveche para pasar más tiempo con ellos y que me tenga más confianza la pequeña Gali.

Chaca, Gali y Tadeo
Se hace evidente que el pueblo ha recibido más apoyo del municipio hay varias casas en construcción y la calle principal está ya terminada, el empedrado y las banquetas están listos, recién pistaron con el tradicional amarillo la orilla de la banqueta y cada poblador que le pregunto me dice que no le gusta ese color... en fin que Potrero de la Palmita se va transformando poco a poco.

Durante mi estancia, legaron unos chicos de Guadalajara ha grabe para un documental, así que tuve que mudarme de cabaña por cuestiones de espacio, por mi no hubo problema, la vista mejoro hacia el río y el silencio me acompañó cada noche entre estrellas fugaces, una noche vi un zorro gris, me sorprendí al reconocer que lo era, cuando mi papá regresó de Wirikuta, me dijo que lo vio allá, que atravesó por frente la camioneta cuando iban de noche en la carretera, tuve grandes sueños estando allá, la magia de los cerros me arropó y me arrulló.

Vista desde TAWEXIKTA

A veces el tiempo se olvida en lugares como este, pero cuando se acerca el día en que uno debe dejarlo quisieras que se aplace lo más posible, cada mañana después de desayunar barría en casa de mamá Marina, la actividad de hacia entrar en calor para que no me diera tanto frío bañarme, no es que hiciera frío pero el agua no estaba muy templada que digamos, sin embargo, como ya lo he expresado entradas atrás, el baño con agua no caliente siempre ha sido reconfortante entre los cerros, impregna de una energía peculiar que hace el vigor renazca siempre.

Platicamos del tiempo que llevo visitando Potrero, mi papá me dice que ya para que me regreso a la ciudad que a mejor me quede ahí y que si me voy a México no me olvide de ellos y que regrese pronto, le digo que yo siempre pienso en ellos y que no dejaré de ir al rancho, que me gusta mucho estar ahí, con ellos, riendo y compartiendo.

Estrella, Elvia, Marina, Jarumi

Un par de días las gente preparó una representación de la fiesta del esquite para los chicos que fueron a grabar, así que me toco andar ahí entre los espectadores, mirando como se engalanaron las mujeres y hasta repartición me tocó, tamañitos, mandarina y tejuino, también se tendieron las artesanías para grabar y fotografiar su gran trabajo.

Artesanos en Potrero de la Palmita

Hermosos días entre gente hermosa en el rancho, que ganas de pasar más tiempo allá, pero lo vivido bien disfrutado y enormemente agradecida con todos y todas, con el corazón entero abrazando tanta generosidad y cariño, en mi corazón siempre Potrero de la Palmita, Municipio del Nayar, Tepic, México.

Mi venado Xurave

Picachos

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