Sábado 21 de abril el túnel de Ogarrio nos traslada a otra "realidad", el mágico Real de Catorce nos recibe una vez más con ese aire de tranquilidad que añoramos cuando estamos en la ciudad, el cielo azul se extiende sobre nosotros, el desierto nos espera.
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árbol en estación 14 |
Las señales están para que las quiere ver, o está listo para reconocerlas, los ojos no siempre miran ahí, pero "ahí" se pronuncia alzando la voz para ser reconocido, un par de espacios que se encuentran y se entre cruzan para dar paso al sitio sagrado.
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Cerro Quemado desde Wirikuta |
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Desierto en flor |
El silencio de los tiempos ancestrales, las marcas del paso de los wixaritari peregrinos que año con año van a territorio sagrado a dejar la ofrenda de agradecimiento y recibir los dones que el venado ha destinado para cada cual.
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Camino hacia el Cerro del Quemado |
El camino hacia Cerro Sagrado del Quemado es un espacio para concentrarse en el aquí y el ahora, en el trayecto las voces callan y el viento comienza a hablar, el latido del corazón resuena con fuerza, los sentidos se preparan para la conexión con el infinito.
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Cerro Sagrado del Quemado |
La silueta de Xeunaxi genera una sensación de prodigios, el espíritu se anima con la sola idea de estar ahí una vez más ante la inmensidad.
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Ofrenda en Cerro Sagrado |
Los pasos hacia la derecha o la izquierda según el ángulo desde el que se vea, donde el viento habla pausadamente y las piedras revelan los secretos de tiempos inmemoriales, es ahí en donde el fuego declama por las noches la historia de la humanidad, ante los oídos y los ojos despiertos quienes quieren escuchar y ver lo que no es visible a simple vista.
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Xiriki |
Por miles de años, el camino se ha andado, se aprende la ruta, se consagra el ritual y se afianza el costumbre, no ha sido sencillo nos cuentan los abuelos, se ha luchado por mantener viva la vida y se ha luchado por que las ambiciones no irrumpan en el destino marcado por la abuela Nakawe.
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En la cima de Cerro Sagrado del Quemado |
Tau se vislumbra entre las cortinas del firmamento, es la hora de lo oscuro, de los sueños y las premoniciones, las últimos destellos de la luz ámbar se despiden prometiendo volver "quizás" en otra vuelta más, los sentimientos se entre mezclan con las ideas que revolotean entre las yucas que guardan la tranquilidad propia del lugar sagrado, una dicha estar en el sitio adecuado, la firmeza del pensamiento diciendo que volveremos lo antes posible para seguir aprendiendo a devenir.
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techo de la capilla del panteón |
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interior de la capilla del panteón de Real de Catorce |
Hay sitios naturales y otros construidos, pero hay esencias que ya sea en uno u otro sitio te llaman con fuerza y claridad, la paz que se te mete por los todos los poros en un lugar que pareciera frío, pero que me envuelve siempre y me reconforta de una manera que no logro describir, los pasos en otra dirección pero que finalmente resuenan en el mismo sitio del interior que no se reconoce, sino en un destello de hibridación.
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Entrada-salida |
Son lugares de entrañable bienestar físico y mental, sitios donde el corazón late al ritmo de las entrañas de la tierra y donde la vida fluye sin el cuestionamiento de la superficialidad, la gratitud total de vivir experiencias en el tiempo espacio que permite la vida.
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