sábado, 23 de febrero de 2019

VISITA 29 POTRERO DE LA PALMITA


Domingo 23 de diciembre, el nivel del agua en la presa de Aguamilpa está bien alto, la lancha ya nos espera, se enciende el motor y los cerros nos dan la bienvenida una vez más a la Sierra del Nayar.


Vista de la calle principal, lo que algún vez fungió como pista de aterrizaje, donde hubo árboles grandes dando sombra, ahora un empedrado y banquetas de cemento


Me resulta aún un poco extraña la vista al entrar al pueblo de esas banquetas con la franja amarilla a la orilla, como que esa image la relaciono con la ciudad y verlas ahí me hace notar que el tiempo pasa y las cosas cambian, los lugares y las personas se transforman, pero la belleza de Potrero se mantiene.


Aykutsi, recipiente donde se sirve el nawá para recibir a los jicareros en Wirikuta
Recipiente donde me dieron nawá a mi llegada a Potrero en casa de mamá Marina,
una forma de celebrar y dar la bienvenida

Diciembre es frío y en la sierra no es la excepción, pero es la primera vez en seis años que siento tanto sobre todo por la noche, solo meterse el sol, refresca el viento de una manera que hay que taparse, por eso muchos andaban con gripa o tos, el cambio de la temperatura es considerable, pero diciembre también es mes de fiestas, algunos celebran la fiesta del tambor, pero también es el cambio de varas en final de año, razón por la cual hay nawá-tejuino (bebida de maíz fermentado) delicia de la tradición wixa, -donde hay nawá hay fiesta, hay gente contenta- dice papá Liborio, y bebimos nawá desde la tarde y hasta la noche, mucha, plática, mucha risa, agradecimiento total a todos quienes me esperan, me reciben y me abren las puertas de sus casas.


Pozole de la sierra

Uy y que decir de la comida, pozole delicioso, y como se atravesó el 24 de diciembre y la navidad, comimos a lo grande, rico, sabroso, hasta no poder más,  pozole, birria de res, buñuelos con canela calienta, tamales, pastel también pues hubo un par de festejos de cumpleaños, el frío por la noche calaba, pero el champurrado, el ponche y la canela dieron calor reconfortante, a eso sumemos alzar la vista y encontrarse con un cielo oscuro y estrellado, como el alumbrado público no funciona aún, se puede uno perder por un rato en ese firmamento que tal como una jícara cobija a la comunidad.

Lavando en el río del lado de pila cinco le llaman, al fondo el cerro Cuate

Afortunadamente durante el día también hubo sol calentando la tierra y el agua, con el nivel tan alto del río, se podía lavar en esa zona y es que resultó que hacía más de tres semanas que no salía agua en las llaves de la comunidad, me comentaron varias versiones, que si el manantial esta seco, que si un tubo estaba mal y lo tenían que arreglar, que si estaban racionando el agua porque ya no quedaba mucha, que si hay un tubo que desvía el agua hacia otra zona, en fin, que mientras tanto, había que cuidar la que se tenía almacenada y regresar a la costumbre de ir a lavar al río, acción que ya no era tan habitual porque con la tomas de agua en cada casa, habían adaptado piedras como lavaderos y almacenaban en tambos para uso diario.

Lo bueno fue que durante las días que anduve por allá, volvió a salir agua de la llave y se pudo contar el agua necesaria para los preparativos de las festividades que tendrían lugar.

Vista desde Pila cinco hacia los Picachos

La maravilla de haber ido a lavar al río en esa ocasión, fue que la vista era increíble, la magia de la sierra en todo su esplendor, de esas tardes donde el silencio solo se rompe por el sonido de las garzas, del chapoteo del agua, alguna lancha que atraviesa el río y las risas de un plática que regocija el corazón.

Atardecer en Potrero de la Palmita

En diciembre van los jicareros a Wirikuta, papá Liborio, sus hermanas y hermanos, algunos de sus respectivos hijos e hijas encaminan los pasos hacia los sitios sagrados para cumplir con el costumbre, los preparativos son todo parte del ritual, alistar las jícaras, las ofrendas, ser partícipe es todo un honor, para ellos una costumbre, para mi una enseñanza y un aprendizaje, casi que una iniciación. La tarde y sus tonos de ensueño dan entrada a la oscuridad de la noche, al encendido de Tatewari-Abuelo fuego, la petición y el agradecimiento, las acciones, las ofrendas, los silencios, los cantos, todo es parte esencial para el cumplimiento.

Alistando la jícaras que serán llevadas a sitio Sagrado

Mostrar los respetos al abuelo fuego, ofrendar, agradecer, cumplir con el costumbre, la limpia, anudar la palma, dar la bendición, a los que se van, a los que nos quedamos, despedirse para encontrarse pronto, cumplir cada día con lo necesario, alimentar al abuelo para que a los que van en el camino los proteja y nos les falte nada, para que regresen bien, para que los que nos quedamos, soltemos lo que no es par nosotros, para que la noche y los sueños sean compañeros.

Mamá Basilia y Mamá Marina 

Hay que preparar lo necesario, casi que me toca completo el proceso de elaborar nawá, pero lo que alcanzó a ver y ayudar es todo un ritual, sumemos a eso que también mis mamás son excelentes cocineras, así que puedo disfrutar de su sazón en cuanto guiso preparan, ya sea nopalitos en caldo con frijoles, caldo de pollo, ceviche de pescado, quesadillas de queso, y claro no pueden faltar deliciosas tortillas directas del comal en variados colores de maíz, una delicia que solo de recordar se me hace agua la boca y bueno, no podía faltar la delicia que es el chicharrón de pescado y es que mis hermanos saben el punto exacto para que quede crujiente por fuera y suave por dentro, con limón y algo similar al pico de gallo, es una cosa para chuparse los dedos, además es una maravilla cuando mamá Marina dice -ve por unos limones ahí abajo, porque en el árbol de acá ya no hay cercas- y esa que los más buenos quedan en la parte alta...

Limón de los árboles del solar de mamá Marina
Pasamos los días en preparativos, disfrutando de la tarde, platicando, riendo, compartiendo, uno de esos días algunos niños y niñas modelamos figuras con la intención de pintarlas después, pero entre tanta fiesta ya no nos dio tiempo.

Anillo serpiente, lancha con motor, venadito, avión, anillo sencillo y jícara
Yuri modelo un tuixu-puerco
Así que tenemos pendiente pintarlos, ya será en la próxima visita, mientras tanto los quedó cuidando mamá Marina.

La noche del 31 de diciembre habrá de iniciar la celebración del cambio de juez, hay todo una preparativo previo, el día 28 por la mañana se llama a todos los hombres de la comunidad a alistarse con sus rifles para ir  a cazar venado, era entrada la tarde cuando estábamos en las cabañas platicando con los niños, que se escucho un grupo de voces subiendo desde el rió, era el grupo de en su mayoría jóvenes cazadores portando en un tronco amarrado de sus cuatro patas un venado de buen tamaño con el que apenas y podían, sus astas fueron ofrendas al río, dicen que era de 6 puntas, se presagiaba un buen cambio de autoridades.

El regreso de los cazadores

Me tocó probar ese venado, primero en birria y días después en un caldo, muy buenos ambos guisos, ya no me resulta extraño comer carne, no es que la pida, pero si me la ofrecen no la rechazo, hay detrás una intención en su preparación.

Canela, caldo de venado, tortilla de maíz rosa
Regresaron los jacareros con bien, muy de mañana los recibimos, hacia fresco pero su cansancio, su frío y su hambre, eran parte de la ofrenda, toda una experiencia que me invitasen a participar de ello, el recibimiento de híkuri, de cada uno cargado de dones y agradecimientos, día de celebración de "bañarse" con el agua sagrada en la cabeza, el pecho, el estomago, las manos y en alguna parte del cuerpo donde sintamos que la necesitamos, esta fresca por no decir que fría, pero hace sentir la fuerza de su origen, y por la noche, el momento de la danza, del regocijo por los dones recibidos, tatewari al centro, Yulima en el itari, agua de lugar sagrado que se ofrece al abuelo y la guía de todo el recorrido, beber del origen, ser nombrado, -¡Iguatame!- gritan al unísono todos los presentes, soy el visitante que viene de lejos.

Tatewari-Abuelo Fuego
Durante la noche el mara´akame cantó, no una, sino cinco o seis veces, no escuche las últimas, la danza es todo un regocijo, se me permitió participar del primer baile, después escuchaba desde la casa de mamá Marina como retumbaba la tierra con el golpeteo firme y agradecido, la fuerza de la vida, el gozo del costumbre en todo su apogeo se percibía aún a la distancia, los silbidos, las risas, una gran celebración de la vida.  

Mamá Marina 

Compartir es una dicha, siempre es bello ver como se transforma el gesto y aparece la sonrisa cuando se entregan los encargos, los regalos, las muestras de cariño y reconocimiento hacia las personas que nos han marcado la vida, agradecer la oportunidad de conocer y aprender de quienes conservan más en claro el sentido y origen de muchas cosas, la sencillez de lo que realmente importa y que nos permite crecer y comprender que somos mínimos ya la vez enormes pues conformamos un todo con lo que nos rodea.

Una tarde nublada y lluviosa en Potrero

El silencio de la sierra es un bálsamo de calma para quienes vivimos en la ciudad, disfrutar del verde a donde quiera que mires, poder oler la tierra mojada, comer lo que se cosechó, beber el agua y saciar la sed, sentir el sabor de la leña en las tortillas hechas a mano, oportunidades que se agradecen y que se valoran cada día, recibir con el corazón abierto y abrazar el cariño y la sonrisa sincera, que más puede uno pedir.

Conversación después de una muestra de danza
Es increíble que hayan pasado ya seis años desde la primera visita a Potrero de la Palmita, han cambiado muchas cosas, han crecido mucho los entonces niños, ahora jóvenes, algunos ya no están, otros han llegado, se modifican algunas "costumbres" se van adaptando, lo importante es que no dejan que se pierdan.

Maíz nacido para preparar Nawá

Para preparar nawá hay que poner a nacer el maíz, se riega y se cuida de los pollos y las gallinas, ya que está nacido haya que sacarlo de la tierra y limpiarlo, el procedimiento es gozoso, meter las manos en la tierra fresca es reconfortante, separar el maíz, limpiarlo, lavarlo y después molerlo, eso es quizá lo más cansado, pero a todas nos tocó darle un rato vueltas al molino.

Mamá Marina cociendo el maíz para el nawá

Después de molerlo haya que ponerlo a cocer y ya que agarra color se deberá dejar reposando buen tiempo para que fermente y se pueda beber, es una verdadera delicia, mejor que la cerveza dicen muchos, este no da cruda dicen otros mas, pero poner igual de borracho concluyen los demás, al final todos reímos, jajajajaja, literal.


Cerro Cuate al caer la noche

Es la última noche del año, los preparativos para el cambio de juez ya están en acción y la gente se congrega en la cancha y zonas aledañas, el sonido está listo, está listo el venado y el nawá, hay fiesta hasta entrada la madrugada, se escuchan canciones en wixa a lo lejos, risas, muchas risas, se acaba el 2018.

Despertar en casa de mamá Marina

Por la mañana muy temprano al abrir los ojos reconozco que es de día, un destello llama mi atención en la pared que tengo de frente un tono anaranjado brillante atrapa mi atención, dudo un poco sobre su origen, no estoy segura si pienso en una luz artificial, una pintura, un papel incluso, nada tiene sentido e realidad, así que salgo haber de donde es que proviene, la imagen es totalmente como entrar en un sueño, el cielo presenta un conjunto de nubes como delineadas por una luz de plata pero con un fondo en tono de naranja intenso tal como si se incendiara, algunos retazos de violeta en las nubes grisáceas en tono claros dan la impresiono del mundo onírico, es sublime, no hay manera de explicar a bien la sensación de irrealidad que emana de estar en ese instante en ese espacio, una fotografía sería un grosería ante tal experiencia, un inicio de año inigualable en verdad.

Yuri consintiendo a Álvaro

Es día primero de enero, día de intercambio de varas, los nuevos jueces están listos para asumir su cargo, es grata la sorpresa de conocer a los entrantes, un sobrino de papá Liborio será el juez principal y como juez segundo está el señor Jesús esposo de primitiva, ataviados con sus coronas de dulces y acompañados por los portadores de las cañas revestidas de insumos, son acompañados por los músicos para comenzar la repartición.

Recorrido de día primero para el cambio de varas

Las varas bien cargadas 

Los galones de nawá no pueden faltar, el baile comienza y se alarga por gran parte de la tarde, la música no deja de escucharse hasta ya entrada la noche.




Gratos los momentos vividos en la sierra del Nayar por siempre agradecida con la vida, con todas esas hermosas personas que me reciben y me comparten, con esas niñas increíbles que son mis ahijadas, Gali y Estrella me hacen sonreír con sus sonrisas, con sus atenciones, mis comadres, mis mamás, mis hermanos, compartir las charlas, las risas, los cantos incluso, sabernos es una dicha que agradeceré por siempre, mi papá y su palabra siempre certera sus limpias y bendiciones por siempre en mi corazón, mis compadres, el canto del mara´akame, los dones recibidos, los cantos ofrendados y las palabras recibidas, las encomiendas, todo en el camino en el que nos acompañamos, donde el corazón va siempre por delante.

Río Santiago en la presa de Aguamilpa

Territorio de saberes compartidos, eco milenario de origen, lugar de magia y paz. Gracias.






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