sábado, 25 de julio de 2020

"VIAJE" DE CUARENTENA


Desde finales del mes de marzo de 2020, comenzó la cuarentena en la Ciudad de México, no había claridad sobre cuanto tiempo podría durar, las indicaciones del gobierno invitaban a quedarse en casa y seguir las indicaciones de sana distancia, han pasado ya cuatro meses, para mediados de julio el viaje a la sierra wixárika no fue posible, ya que en la Comunidad de Potrero de la Palmita Municipio del Nayar en Tepic, Nayarit, México, esta cerrado el paso a gente ajena a la comunidad como medida de precaución.

Así qué, me quedé en la ciudad, añorando los cerros, estar en casa propicia muchas cosas, pero sólo entraré en detalle de las que se relacionan de forma más directa con la intencionalidad de este blog. 

Durante los primeros meses, la actividad laboral no se detuvo, se migró al trabajo en línea, desde la computadora y gracias a la conexión de internet, se mantuvo la labor docente y administrativa, las dinámicas son exhaustivas, una de las formas de mantener el ánimo ante la adversidad es realizar la actividad dibujística, así que le di uso a una libreta que adquirí el la Ceiba gráfica cuyo formato ya había usado en varias de mis bitácoras de investigación, el papel tiene una textura agradable, tiene cierta porosidad lo que no lo hace liso, la tinta de gel que usé para la actividad tiene una absorción rápida lo cual permite composiciones de gran espacio en negro, desde hace tiempo tenía ganas de realizar este tipo de dibujos, así que las condiciones se dieron para llevarlo a cabo.

Se trabajó con una libreta con papel hecho a mano de la Ceiba gráfica y diez plumas de tinta de gel, negra
Libreta de papel hecho a mano y diez plumas de tinta de gel

La temática no es problema, la cultura wixárika siempre a flor de piel, pedía ya una salida de este tipo dentro de mi proceso creativo, Maxa (venado) encontró un gran espacio para mostrarme mágicos personajes y lugares de encuentro que vienen y van entre los puntos del t´sikuri (ojo de dios) desde Tatei Haramara (el Mar de San Blas Nayarit) hasta Wirikuta (desierto en real de Catorce S.L.P), con mara´akames hembra y macho, atentos a los cantos que se deben realizar en compañía del abuelo Tatewari (fuego) y por medio de Híkuri (peyote) el divino luminoso, ku (serpiente) recorre los espacios entre dimensiones, las plumas de los muvieris limpian y señalan los caminos que se recorren con el corazón.

A veces uno al día, a veces hasta cinco, según las líneas fluyeran y el "tiempo o las actividades" lo permitieran, a veces pasaban días sin que la línea corriera por el papel, pero todos tienen mucho corazón, algunos fueron derivados de sueños, no de forma ilustrativa, sino como referencia, otros comenzaban como un mero ejercicio (decía yo en mi mente), pero en realidad al "crecer" recorrer el espacio del papel, las líneas pedían detalles, porque sus "historias" o sus "cantos" se conectaban al ser trazados.

Así durante los meses de abril a junio, en esos momentos de fluidez mi ser pensaba con tanto cariño en los cerros, en los lugares donde el espíritu se encuentra con el infinito y se hacen uno en comunión total, de haber contado los suspiros expresados durante esta actividad yo creo que habría batido mi propio record, incluso ahora, al escribir estas líneas esa entrañable sensación de perderse por un momento, de ir a un sitio cuyo espacio no es físico pero sí derivado de uno o dos en específico.

Un día sólo quedaba una hoja en blanco, ya no era opción un dibujo, así que escribí una sencilla y pequeña reseña, que más bien parece un conjunto de palabras, en ese momento tan sólo escribí los "nombres" de los seres que habitan esas historias, esos cantos, ahora que lo pienso de nueva cuenta,  a veces es así cuando platico con habitantes de la comunidad, no es tanto como una narrativa, sino como nombrar a los personajes participantes y ellos en la mente o no se donde, se mueven, se "organizan", viven, desarrollan su historia, su canto, no se bien como explicarlo.

Había que retomar entonces otra de las técnicas de dibujo, ya que la libreta no tenía más hojas para trazar, retomé las hojas blancas y los rotuladores azules, en esa línea llevo ya varios años y no tantos dibujos como se pensaría, al retomar este formato, note las transformaciones que han tenido las composiciones y las transmutaciones de algunos de los seres que habitan las historias, algunas liberaciones y otros detalles que pueden parecer mínimos, pero que para mí como generadora de historias son significativas.

Algunos de los "dibujos azules"

De los elementos que los seres de la libreta permitieron adentrar más en estas composiciones fueron el tepu (tambor) que se toca en las ceremonias, la katira (vela), iri (flecha), sobre todo en el conjunto que componen las jícaras donde se deja la ofrenda, no podía faltar iku (maíz) ya que es parte esencial de la vida y del costumbre, uno de los seres que más presencia ha tenido es nuestra madre joven Tatei Werika Wimari, el águila, sus alas se han extendido sobre los territorios, de vez en vez también hace presencia el alacrán, quien presiento que tendrá otro tipo de participación más adelante.

Llegó el mes de julio y a unos días tuve vacación , así que ya que no habría forma de estar en la comunidad, decidí ocupar tiempo en una actividad a la que había tenido una pequeña cercanía a inicio del año pasado y que siempre me cautiva ver cuando la realizan en la comunidad, sobre todo Julia, la hermana de mamá Marina, quien realmente se adentra en ella, también me ha tocado ver a Xochitil mientras la realiza y de la misma manera me intriga el ver como lo disfruta y que rápido avanzan en dicha tarea, me refiero a bordar.

En la cultura wixárika el bordado característico es el de punto de cruz, en sus trajes ceremoniales se pueden apreciar variedad de diseños y coloridos, siempre hermosos y llenos de vida y movimiento, la naturaleza es la fuente de inspiración, al ser la puntada de cruz, la definición tiene como en el trabajo con la chaquira una base de referencia matemática, que da "vida" a formas orgánicas, diferentes flores, híkuri, venados, águilas, estrellas, conejos, garzas, etc.

Decidí retomar entonces el material que ya tenía y comenzar a bosquejar la figura en el papel cuadriculado, como indicó en el breve curso que tomé con la maravillosa maestra Erika Jimenez, mujer de hermosa sonrisa que comparte desde el corazón, con el compromiso de aprender lo esencial de la actividad, es decir, no sólo la parte técnica, sino el amor que ha trascendido a través del tiempo, las historias de vida y las transformaciones por las que la cultura ha persistido y resistido.

Fue así que la cabeza de maxa yuavi pudo ver la luz, jajajajaja, o bueno, yo logré conformar a través de los hilos la figura de este ser cuya cornamenta me ha acompañado desde hace ya ocho años que me encontró y lo encontré, en un camino en el que he seguido encontrándome día a día, dos tonos de azul y el pensamiento constante de todas esas ocasiones en casa de mamá Marina, bajo la sombra de los árboles, apreciando como su atención se concentraba en la tela y el hilo, en contar, en meter y sacar la aguja, jalar el hilo y pasar horas embebidas en la actividad.

Una parte esencial de el borrado en punto de cruz es el reverso de la tela, se considera que un bordado limpio es aquel en el que las puntadas mantienen la verticalidad y no se cruzan en ningún momento, el cruce sólo es por la parte frontal, suena sencillo, sin embargo, para quien recién se inicia en ello, es toda una proeza lograrlo, recuerdo que durante el curso se nos invitaba a pensar a bien por donde iniciaríamos y donde daríamos "vuelta" justo para mantener dicha "limpieza", en aquella ocasión admito que me resulto bastante tortuoso aquella actividad, sin embargo, en está vez se dio de una forma muy fluida, me guié sobre todo por intuición y aunque e hilo se enredaba cada tanto y había que tomarse el tiempo pa desenredarlo, la "limpieza" fue bastante orgánica.

Acá un poco del proceso del bordado


Cuando uno se adentra en la actividad el tiempo pasa de largo, la mente se concentra en lo que está, el espíritu lo agradece y a la vez se regocija al dar forma con los hilos, al cruce de los mismos, es un momento de creación tal cual, hace varios años, recuerdo que al no "tener" la paciencia para realizar dicha actividad, opte por hacer algunos dibujos en punto de cruz con la pluma, el resultado me agradó mucho, ahora que logré establecer una escucha con los hilos, el resultado ha sido altamente gratificante.

Es un hecho que es sólo un comienzo, tengo varias ideas que me gustaría desarrollar, más complejas en su composición, por lo pronto he realizado solo tres, en todos los casos he comenzado por realizar el boceto en cuadrícula y después lo llevé a a tela, durante el proceso surgen algunas ideas, vienen a mi recuerdo varios trajes que he tenido oportunidad de apreciar y me imagino el tiempo, la dedicación, el trabajo y le cariño de quienes los bordaron.

Que interesante es cuando uno "escucha" a los hilos

Tengo muchas ganas de ir a Potrero y contarle a mamá Marina y a mamá Basilia que hice unos primeros bordados, no tan grandes o elaborados como los que se acostumbran allá, pero decirles, cuanto me ha gustado, como lo disfruto y como me ha hecho reconocer aún más la maestría de Julia y la entrega de Xochitil, de ellas mismas, pues también bordan, llevar mi material y bordar con ellas bajo la sombra de los árboles, con la luz siempre brillante del sol de la sierra, rodeada de los cerros y en la compañía de ese cielo azul que reconforta el espíritu y alegra el corazón.

He realizado algunos otros dibujos con la técnica del esgrafiado, ya contaré sobre ellos más delante, por lo pronto, este "viaje" a través de las líneas y los hilos ha sido una actividad reconfortante en días extraños.

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