jueves, 1 de diciembre de 2022

VISITA 38 COMUNIDAD WIXÁRIKA DE POTRERO DE LA PALMITA

Sábado 19 de agosto de 2022, el amanecer en la carretera, se mostró como una franja color naranja, como un fuego que arde a la distancia, la oscuridad de la madrugada se va diluyendo primero de a poco, la aurora en tonos amarillos casi dorados, da entrada al amanecer, la luna y algunas estrellas se mantienen visibles, mientras los primeros rayos del sol brindan un poco de calor a quienes recién intentamos despabilarnos.

El trayecto hacia la presa de Aguamilpa es ameno y verde, el paisaje que nutre a la vista ofrece una gran sensación de apertura y cierta tranquilidad. Al llegar al embalse en la cortina, ya nos esperan las lanchas, las mujeres nos esperan en las cabañas de Tawexikta, así que el motor hecha andar y los cerros enormes guardianes nos dan una vez más la bienvenida.

Embalse en la Presa Aguamilpa

La calidez de las mujeres en las cabañas, las coloridas piezas de las artesanas y  las sonrisas de los niños son las constantes de nuestra estadía, sin faltar la deliciosa comida siempre acompañada de tortilla azul directa del comal cuyo sabor apapacha sin dudar.

En esta ocasión el artista Muvieri Medrano quien pinto el mural que aparece en la foto, nos dio una breve explicación sobre el significado de los elementos que lo componen, así como la intención con la que lo realizó, -una búsqueda de plasmar lo que es el costumbre de la cultura wixárika para que los visitantes conozcan un poco y los habitantes lo tengan presente-, nos dijo.


Muvieri Medrano explicando su mural

Esta visita se caracterizó porque a través del proyecto de turismo alternativo Beh por México Explorando Realidades, se organizaron juegos y actividades con los niños y niñas de la comunidad, lo cual resulta siempre muy divertido, esta vez se realizo en el caliguey porque el sol estaba en pleno explendor. Puedes saber más sobre este proyecto dando click en este enlace http://www.behpormexico.com.mx/


Beh por México organizando las actividades
Foto cortesía de Beh por México

 

El tiempo sin tiempo, el silencio prominente que invita a contemplar el río, reconocerse entre los cerros, admirar la maravilla del cielo limpio, sentir el ritmo de tu corazón, son actividades que en este lugar invitan a suspirar y tranquilizar el espíritu, bajar el ritmo de la mente, sentirse en comunión con todo lo que te rodea.

Hermosa vista desde Tawexikta 

Mucho agasajo de abrazos y risas en la artesanía, mucho disfrute del juego con las infancias, mucho apapacho con la deliciosa comida que preparan las mujeres en las cabañas, mucho regocijo del ser por estar en tan mágico lugar, y justo después de comer es hora de emprender la caminata hacia el cerro Cuate, los niños ya esperan con impaciencia, Basilia nos guía, el sol nos acompaña, el viento canta amenizando la subida.

Camino hacia cerro cuate

Hay ya varios elementos que para mí funcionan como señales del camino indicado y las distancias recorridas o lo que falta por recorrer, el árbol de la foto, se ubica justo después de un tramo que requiere fortaleza de piernas y buena respiración, así que cada que lo veo, me detengo un instante, respiro profundo y me emociona saber que falta menos para llegar a la cima, además es tan lindo como los rayos del sol parecieran encender sus ramas con una tenue luz entre naranja y rojiza...

Vista de Anakie desde la cima de cerro Cuate

Si bien el recorrido se realiza siempre en la compañía, hay trayectos en los que el avance puede hacerse a solas y es increíble la sensación de andar entre los cerros, con el sólo cometido de caminarlos, de sentir su dureza, su calidez, su vida, no importa nada más son instantes eternos que dejan una impronta muy profunda en mi corazón, y llegar a lo más alto, sentir el recibimiento de un viento fuerte, firme, como cuando saludas chocandolas con un gran amigo y enseguida hay un abrazo corto pero contundente, la vista es realmente privilegiada, los tonos de azul son al infinito y más allá, jajajaja, es tan único, a veces pareciera como si soñaras, la atmósfera nunca es igual, cada subida tienen sus detalles, pero la energía que te recorre siempre revitaliza, no me canso de pensar, -¡estoy en la cima de alguna de las montañas que conforman la sierra madre occidental!- y eso puede llegar a parecer irreal.

Atardecer en cerro Cuate

Conversar con los niños y niñas en la cima, es siempre muy enriquecedor, verles tan maravillados también a ellos de los increíble que es la vista, -de lo chiquito que se mira todo-, son momentos en los que también su plática es distinta, es más profunda, no porque ellos lo piensen así, sino porque al compartir sus ideas, pensamientos, reflexiones y preguntar que surgen de estar en dicho lugar, se evidencia su ser, un ser que es de ahí, que vibra con ese viento y esas aguas, esos cielos y esas nubes, tan sólo dicen lo que sienten y piensan y lo hacen con tal naturalidad que uno puede sentir que la pretensión de la ciudad no existe ahí, te hace detenerte y quizá más que pensar, dejarte sentir.

Tamales para la Fiesta del Tambor

Agradecidos de todo lo compartido en el cerro y envueltos en la oscuridad de la noche, regresamos a las cabañas, un buen baño, una deliciosa cena y después una visita a casa de mamá Marina quien está junto con Esther terminando de alistar los tamales pues este domingo habrá fiesta de tambor, así que ya también, esta fermentándose el nawá (tejuino), ya está lista la fruta para la repartición y lo más importante, el mara `kame ya reunió las sonajas y el tepú (tambor) está listo para sonar, las estrellas nos arropan, mañana será día de fiesta.

Iniciando fiesta del tambor

Amaneció poquito fresco, así que habrá algunas nubes acompañando este día al sol, lo cual será favorable pues los niños estarán sonajeando todo el día en compañía de sus papás, será la primera fiesta del tambor del hijo de Alberto, así que tiene un toque especial la ocasión, se ve re chulo con su traje wixa, el papá bien orgulloso junto con la mamá quien también preparó tejuino, desde temprano, nos acercamos al fuego, se alistó la ofrenda, se colocó el itari y se amarró el hilo con los copos de algodón, el mara `akame comienza a llamar, el tepu está listo, inicia el viaje de Wirikuta.

Tsikuri 

El canto, las plumas, los permisos, las puertas, las ofrendas, las jícaras, el el tejuino, las velas, el tambor, el fuego, la peregrinación atraviesa las nubes, surca el cielo azul y despejado, los niños sonajean, la fiesta se lleva a cabo.

Fiesta del tambor en Potrero de la Palmita


Llega la hora de la repartición, la gente recibe con agradecimiento la fruta, las tortillas, la taza repartiendo el tejuino recorre entre las gentes, hay de diversos sabores, que si uno está más fuerte, más bueno, que si a otro le falta un día más para estar bueno, así pasa la tarde, el mara `akame continua guiando a los niños con su canto, ya vienen de vuelta, las sonajas siguen el ritmo, los niños se cansan, a ratos tocan ellos, a ratos los papás, pero de que se mantienen las sonajas no hay duda. Llegó la noche, el tepu terminó su cometido, es hora de descansar y soñar.

Amanecer en Tawexikta

Hubo que levantarse bien tempranito para emprender camino de vuelta a la CDMX y que regalo tan exquisito nos dio Potrero de la Palmita, con un cielo en tonos violeta al amanecer, el agradecimiento profundo por tanto cariño y atenciones, simpre un gusto convivir y compartir, un hasta luego que se dice siempre ya pensando en la vuelta a la sierra del Nayar.







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