viernes, 21 de julio de 2023

VISITA 42 COMUNIDAD WIXÁRIKA DE POTRERO DE LA PALMITA MUNICIPIO DEL NAYAR

Cuando viajas en autobús de noche sueles despertar a ratos para ver en donde estás o si ya amaneció, esta vez, el lunes 10 de julio abrí los ojos justo cuando el color del amanecer aún tenía ese tono cálido con el que los primeros rayos del sol tiñen el paisaje, faltaría poco más de una hora para llegar a Tepic, así que dormité otro poco, con la alegría de saber que pronto estaría en la sierra.

Carretera Guadalajara-Tepic


Al llegar a Tepic sentí de inmediato el bochorno ocasionado por la lluvia que seguramente cayó en la madrugada, el sol ya estaba en lo alto, desayuné y tomé la combi hacia la presa, el calor estaba al tope, nos detuvimos a comprar elotes, cerveza y agua, se agradecía el viento que entraba por las ventanas, al terminar el trayecto y dar el último trago de agua que quedaba en la botella, estaba tibia, el aviso de que haría calor en serio quedo más que claro.

En la presa el nivel del agua subió un poco en comparación con la visita anterior, era claro que no había llovido mucho aún, pues el tono del agua era entre azul y esmeralda, aunque los cerros ya comenzaban a vestirse de verde, dando la bienvenida a la sierra del nayar una vez más.

Presa de Aguamilpa

Tomé aire y realicé el camino de subida hacia las cabañas, de vez en cuando el viento soplaba con fuerza, lo cual era una delicia, ya en Tawexikta, me encontré con Prisciliana quien estaba cuidando, nos abrazamos fuerte, ya tenía tiempo que no la veía, me senté a descansar y a disfrutar de la vista y la tranquilidad de tan añorado lugar, llegaron a saludar Alejando, Miguel y Esther, reímos y platicamos un rato, luego me dieron de comer mojarra frita con tortillas de comal, pasó la tarde, el viento refrescó el ambiente, muy a gusto llegó el atardecer y la vista fue increíblemente hermosa, el cielo se pintó de diferentes tonos, anaranjados, duraznos, ámbar y violeta, las nubes generaban formas de ensueño y algunas parecían emerger del cerro cuate, fue una hermosa bienvenida.

Atardecer en Tawexikta

Por la tarde noche las autoridades fueron a pagar una manda ANAKIE, allá estuvieron buen rato, prendieron fuego y sacrificaron un chivito, ya entrada la noche comenzó hacer mucho viento y briseó, ellos regresaron por la madrugada cuando aún lloviznaba, ya en la mañana, era mínimo el rastro del agua, -la tierra está tan seca que la absorbe de volada-, me dijeron, -hace falta que llueva bonito-.

Potrero de la Palmita se viste de verde

El martes 11 de julio serían las clausuras de fin de cursos del kinder, primaria y secundaria, amaneció bien despejado, con el sol brillando en lo alto, por la mañana tuvo lugar el acto cívico y se realizaron los honores a la bandera, así como también se entregaron diplomas, yo acompañé a mi hermano Muwieri Medrano para ser madrina de un niño que salió de kinder, la comida sería en la ramada de la cancha como a la 1, así que mientras tanto regresé a las cabañas a platicar con Prisciliana y disfrutar de la vista, ya luego me fui a casa de Mamá Basilia para saludar a la ahijada, me invitaron a comer caldo de pollo que estaba muy bueno y de ahí nos fuimos a comer a la ramada, esta vez no tomé fotos de las comidas, pero ya se pueden dar una idea, todo estaba delicioso, primero comí costillas de cerdo guisadas, luego ceviche de camarón y poco más tarde Esther me invitó guisado de res, para bajar un poco la comida, se realizó la convivencia social, lo cual consiste en que los egresados de kinder, primaria y secundaria, bailen su respectivo vals, y luego que madrinas y padrinos pasen a bailar con ellos, así que realicé lo correspondiente.

Clausura de Primaria

Me emociona mucho cuando conozco a quienes terminan sus estudios, esta vez, de los que salieron de la primaria, conocía a Ricky, Yordi, Erick y Cristal, es increíble pensar que cuando los conocí eran bebés y ahora ya están bien grandes, me da mucho gusto ver que siguen estudiando.



Clausura de Preescolar

Durante la tarde, a ratos lloviznó, pero no fue impedimento para seguir con el programa, los niños de kinder bailaron muy lindos, es la oportunidad de ubicar  a los nuevos niños que seguramente en algún momentos nos acompañaran cuando subamos al cerro en visitas posteriores, Alicia la mamá de Yordi me estuvo esperando buen rato para invitarme a comer tostadas de ceviche, así que me acerqué a saludar y comer de nuevo, me puse a platicar con Silvia, Emilia y Luisa, luego se unió Alma, a quien ya tenía rato sin ver, no pasó mucho tiempo cuando, Fidencia me llevó otras tostadas de ceviche, pasó la tarde, se oscureció y comenzó el baile, con gran jubilo se fue llenando la cancha con bailadores de diferentes edades, todos muy contentos, de vez en vez se acercaban a saludar otras mujeres, ya más tarde, Cata me invitó a cenar, así que rematé con otro guiso de res, sentí que esa tarde comí si no hubiera mañana y creo que debí quedarme más rato en el baile, porque cuando me acosté no podía dormir, jajaja.

Al día siguiente, tuvo lugar la clausura de la preparatoria, fue un poco extraño porque la mayoría de los egresados no eran de potrero, así que la asistencia fue menor que la tarde anterior, pero eso no fue impedimento para que el baile se extendiera hasta ya bien entrada la madrugada, aún y con que en la madrugada llovió y esta vez si dejara huella el agua, me sorprendió como aún y con la lluvia las hormigas mantuvieron sus tan detallados y trabajos hormigueros, es impactante la gran labor conjunta para realizarlos.

Hormiguero
Hormigueros




















La temperatura estaría entre 34-36 grados, que ya es bastante, pero la humedad estaba a más del 81%, así que la sensación era mucho mayor, el agua del tinaco para bañarse en realidad nunca estuvo fría, estaba más bien al tiempo, jajaja, así que la necesidad de bañarse más de una vez al día era inminente, por las noches, no era menor, por momentos era difícil conciliar el sueño, pero no cabe duda que a todo se acostumbra uno.

Flores de cuastecomate

Nunca me había tocado ver la flor del cuastecomate y cuando mamá Marina me dijo que eran las que estaban alrededor del árbol me sorprendí mucho, son muy lindas y peculiares, le dije que no las había notado siquiera en el árbol, aunque me dijo que huelen mal, cuando florecen, pero que así tiradas es como se miran mejor.

Cada que podía me sentaba a disfrutar de la vista en Tawexikta, en compañía de Prisciliana esperábamos con ansia el viento, para que refrescara la estancia, conversamos sobre su vida en la palmita, me contó sobre su abuela, sobre Anakie, me gusta escucharla hablar y ver como le emociona recordar algunas cosas. Le agradezco mucho haberme acompañando durante estos días.

Los picachos desde Tawexikta

Fue ella quien me dijo que las ramas de los árboles que se asoman cuando baja el nivel del agua en el río son de campechanillo, le decía que es increíble como ese tipo de madera no se pudre, sino que hasta pareciera hacerse más fuerte al estar bajo el agua, me dijo que casi todas las cercas de la comunidad están hechas con palos de ese tipo de árbol, que están desde llegaron ahí, hace ya más de 30 años.

Árbol Campechanillo

Otra tarde platicando con mi compadre Plácido, me dijo que en su terreno había un árbol de campechanillo y pedí me lo mostrara pues me daba curiosidad ver el árbol en tierra y no sólo como ramas a la orilla del río, según me dijeron además de la dureza y durabilidad de la madera, se le caracteriza porque suele crecer muy derechito, en adelante intentare seguir su crecimiento, me da curiosidad ver que tan esbelto será el tronco y que altura alcanzará.

Desde hace tiempo Ventura me comentó que habían trabajado en limpiar camino para un mirador que se encuentra camino hacia la Palmita, así que acordé con mamá Basilia hacer la caminata una tarde, junto con Gali y Tadeo, invité también a Luisa quien llevó a Churitebi (el perrito que nos acompañó la otra vez a cerro Cuate), nos alcanzaría también mi hermano Muwieri, salimos ya tarde, pero con ganas de disfrutar del paisaje, aunque estaba algo nublado, parte del camino ya lo conocía porque es hacía donde está el rancho de mamá Marina y donde tiene su sembrando vida, desde ese camino se puede ver Potrero en línea recta a su calle principal, se ve muy claramente como va uno subiendo porque el río se mira desde otro ángulo y la isla Anakie resalta entre las aguas.


Al fondo el cerro Cuate

Anakie desde la subida hacia la Palmita

Si bien el camino es la carretera por donde sube la camioneta 4X4 y por lo tanto está bastante bien marcado y hasta aplanado porque según me contaron metieron la máquina, con las pocas lluvias que ha habido hay bastante piedras suelta por pedazos, me dicen que hubo mucha pitaya esta temporada, se siente el verdor, es decir, la humedad, se distinguen los terrenos del coamil, pocos son los que han sembrado, la mayoría espera una lluvia más fuerte para realizar la labor, es tal cual todo de subida, pero es ameno ir escuchando las preguntas que le hace Tadeo a su abuela, ver como Churitebi corre y sube y se adelanta y luego regresa por nosotros, a diferencia de la subida a cerro cuate aquí todo el tiempo te sientes entre los cerros, la vegetación es más espesa.

Churitebi y al fondo cerro Cuate

Conforme avanzas te puedes dar cuenta que tan arriba estas ya que la vista del río lo indica, además de que la vista del cerro Cuate señala cuando damos vuelta, tengo pendiente ir a la Palmita, pero esta caminata es muy buen referente de como será y cuanto más habrá que caminar hasta allá, lo que sí es que esta vez, se veía que allá llovería sin duda y con gran fuerza.

Vista hacia la Palmita

A la altura de una caja pequeña de agua dejamos el camino hacia la Palmita y tomamos por una vereda que sube hacía un peñasco, el terreno es mucho más irregular. similar al ultimo trecho de la subida  cerro cuate, pero menos empinado, ya está muy nublado para este momento, aunque si miramos hacia atrás o al frente según se vea, con dirección a Potrero, se puede ver más despejado, se distingue el río y se mira a la distancia el Cerro Cuate, quizá estamos a una altura similar a su cima, pero como estamos entre cerros y con la lluvia inminente a unos metros, se siente un poco menos altura, supongo que cuando está despejado la vista es más amplia y la sensación de altura mayor.

Basilia plantando un árbol

El viento arrecia y nos refresca mucho, aunque también nos indica que ya trae la lluvia, así que comenzamos el regreso a una velocidad considerable, los niños prácticamente bajan corriendo, Basilia dice que si nos damos prisa y legamos pronto a la carretera no nos mojaremos porque la lluvia no bajará, se quedará en la zona más alta, tuvo razón, no nos alcanzó el agua, bajamos ya a oscuras pero con cierta claridad porque se podía distinguir todavía el camino, es reconfortante caminar así entre los cerros, sólo escuchando el viento, viendo como la luz se va apagando y solo se distinguen las siluetas de los cerros, los insectos hacen su trabajo y uno simplemente camina y pone atención a sus pasos.

Camino a las cabañas me encuentro a papá Liborio, paso a saludar a mamá Marina, tomamos canela caliente, platicamos mucho y de temas muy interesantes, la noche se siente a gusto, me limpia, me dice que me cuide y que siempre seré bien bienvenida en su casa, agradezco de corazón, reímos, nos despedimos con un fuerte abrazo y apretón de manos.

Mitzu

Marina me invitó a desayunar enchiladas y tomar canela, me dice que Miguel y Esther se fueron ayer al rancho que los irán a alcanzar para llevarles agua, tienen que terminar de sembrar lo que falta, será amapa, caoba, papaya, guanábana y ciruela, reímos y me despido, viajaré a la ciudad de México esa noche, agradezco, ya en las cabañas, me despido de Prisci, veo que hay una lancha que llega, así que camino hacia el río, es Emeterio, en la lancha me encuentro a Aureliano, le entrego una foto que tengo suya, le va al colorín, así que primero lo dejamos a él y ya luego la lancha le da para el embarcadero, el sol sigue a todo lo que da, pero confiamos en que pronto llegue el agua, la tierra necesita de las lluvias, el nivel del río al menos sigue subiendo.

Potrero de la Palmita

Pamparius Potrero de la Palmita. Nos vemos pronto de vuelta.



 


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