jueves, 14 de diciembre de 2023

VISITA 43 COMUNIDAD WIXÁRIKA DE POTRERO DE LA PALMITA

Sábado 18 de noviembre de 2023, la sierra viste un color verde fresco, las lluvias fueron pocas y se retrasaron, el viento es cálido, la luz el sol se filtra entre las ramas de los árboles, la velocidad constante augura una pronta llegada a la cortina de la Presa de Aguamilpa.

Camino a la Presa de Aguamilpa

En la cortina ya nos esperan Santiago y mi compadre Isidro, las lanchas se alistan para llevarnos a Potrero, el Sol radiante en lo alto nos da la bienvenida a los cerros, en la cabañas de Tawexikta, nos reciben, Marina, Ventura, Armanda y Prisciliana, el deleite de su sazón renueva la energía después del largo viaje, tortilla directo del comal y uno queda como nuevo.

De nueva cuenta me tocó ver como cocinaban los langostinos


Esa tranquilidad de estar entre los cerros, con el cielo despejado, el sonido del agua a la distancia, las flores de las bugambilias coloreando el paisaje, conversar sin prisa, sonreir, estar a gusto con la gente que uno aprecia, es de lo más rico.

Elvia luciendo, la combinación perfecta con el entorno

 

Están cuidando las cabañas Feli y Alberto, el pequeño Paliya ya camina, así que anda de un lado para otro, Marina disfruta mucho de su nieto y cada que puede lo abraza y lo besa, después de comer anduvimos un rato en la artesanía, saludando y abrazando con gran emoción del reencuentro con las mujeres y los niños, siempre hay algún modelo nuevo que adquirir, después de tanto tiempo, pareciera que uno no termina de ver y conocer las piezas, ya sea, arete, collar, pulsera, o las blusas bordadas, es muy interesante ver como con el paso del tiempo, algunos diseños continúan y otros más ya casi no se ven, así como la incorporación de los nuevos.

Para la noche nos invitaron a una charla con el gobernador tradicional, así que nos dirigimos al Caliguey de la Comunidad donde nos recibe el abuelo fuego Tatewari junto con Rubén, Ramón, Chuy y Don Ligio, nos comentan acerca de la historia de la comunidad, del costumbre del pueblo wixárika.

Charla con Gobernador tradicional


El fuego está afuera del caliguey, la luna nos mira entre algunas nubes, el clima es agradable, el calor del día ha dejado paso a un viento muy ligero de vez en vez, nos comentan acerca de las fiestas tradicionales, de lo importante de la lengua wixárika y su uso en las escuelas, de algunos proyectos a futuro, al interior del caliguey se observa la bandera de México, algunas veladoras encendidas y un cuadro con la Virgen de Guadalupe.

Interior del Caliguey

Entre la charla, se volvió a comentar, lo importante que es ANAKIE-la isla sagrada, y que cada que llegan los visitantes, primero deberían de pasar a ofrendar ahí para luego llegar a Potrero, o mejor dicho a Tawexikta a las cabañas. Habrá que platicar la respecto para que en posteriores viajes se realice tal acción.
Antes de retirarnos, Rubén nos invitó a pasar con el Mara´akame Jesús para que nos hiciera una limpia frente al fuego, con la intención de aminorar el cansancio del viaje.

Tatewari abuelo fuego

Conforme se desarrolló la plática, el abuelo fue alimentado y crecía y crepitaba como apoyando las palabras o mostrando su aprobación, el calor que irradiaba era intenso, el humo giró en todas direcciones mientras estuvimos ahí, a ratos era a penas un leño al rojo vivo y de pronto al soplar el viento a llama se encendía y crecía alta, generando formas en el aire, los destellos de luz parecían jugar con la luna que aparecía y desaparecía en el cielo.

El sueño fue profundo, en algún momento se fue la luz, la oscuridad era densa, el sonido del viento era muy débil así que el calor estuvo presente, sólo hacia poco antes del amanecer hubo un poco de fresco, pero en realidad el sol dio paso a una mañana de nuevo calurosa y totalmente despejada.


Mantis en las cabañas

Cerca del tinaco donde se almacena el agua, sobre una de las grandes rocas, había una Mantis verde claro, radiante cual hoja en verano, era como de unos 15cm aproximadamente se le podían ver perfectamente, los detalles de sus patas, ojos y antenas, me acerqué a dar los buenos días, Marina andaba muy cerca le conté que una vez, había soñado con una de esas pero del tamaño de un apersona, me preguntó si no e había dado miedo, le dije que un poco porque creo que andaba buscando a alguien... pasó la mañana entre el delicioso desayuno y las conversaciones animadas, la mantis seguía en su roca y de vez en vez me acercaba para volver a verla de cerca.

Mara`akame y músico tradicional Jesús

Fuimos de nuevo a la artesanía y a la muestra de danza y música, de nuevo nos encontramos con ramón y Chuy quienes tocaron respectivamente violín y guitarra a la vez que las mujeres ataviadas con su traje de fiesta, el que está ricamente bordado realizaron la danza, invitándonos a participar, estuvimos un gran rato ahí,

Marina preparando chicharrón de pescado

Luego de andar un rato por el pueblo, algunos fueron a bañarse al río y otros más a disfrutar de la increíble vista de las cabañas, mientras Mamá Marina, preparaba chicharrón de pescado, que debo decir es de mis platillos favoritos en la sierra, para chuparse los dedos, cada que hay no puedo evitar aplaudir. Al acercarme para tomar un trozo y probarlo, vuelvo a cercarme a la mantis que está a un lado de donde guisa Marina, a ella le llama mucho la atención como me llama la atención a mí el insecto, me dice -¡Otra vez vas a tomarle foto!- ¡Hay Jarumi! - ¿Cómo te gusta eso?- a lo que le respondo, que no había tenido oportunidad de ver una tan grande y de cerquitas...

La vista desde Tawexikta

Es la hora casi de comer, pero también es la hora en que suele hacer viento, así que aprovecho para recibirlo en la orilla de las rocas que dan a la presa, desde donde se aprecian los picachos y la isla, allá un poco hacia la izquierda, el oleaje es breve, algunas nubes se vislumbran a la distancia, ojalá lleguen pronto para que cubran el sol durante la subida al cerro.

El chicharrón como siempre estuvo para chuparse los dedos, aplaudir y quedar bien satisfecho, aunque intenté no comer demasiado para que la subida al cerro no fuese tan pesada, las nubes tardaron, así que el sol estaba en lo alto y acompañó durante el camino, a ratos tocaba sombra de los propios cerros, a ratos el sol de frente cegando pero a la vez ofreciendo vistas sublimes en conjunto con el agua.

Vista desde la cima de Cerro Cuate

Al llegar a la cima, un rayo de sol entre las nubes parecía señalar un punto específico en la serranía, con una luz anaranjada dibujaba una especie de ventana, la vista era hermosa, el viento refrescó de forma muy agradable después del esfuerzo de la subida, los niños se maravillaron también con la vista y se comenzaron  a tomar fotos, como siempre señalaron donde estaba sus casas y contaron que si allá se había perdido un burro, o que si ahí se alcanzaba a ver la parcela de tal, o que dónde estaría el avión que aventaron la otra vez, siempre es muy curioso escuchar todas sus historias. 

Xurave captando el atardecer 


Las nubes poblaron rápidamente el horizonte, así que no logramos ver del todo el ocaso, pero en un espacio breve, se logró distinguir un sol redondo como plato de un intenso
 tono naranja, fue un instante, de esas veces que te sorprende los definido que es un círculo, como si toda su luz se concentrara, pocos instantes después las nubes lo cubrieron y la tarde se hizo casi noche, la atmosfera fue por un momento como de ensueño, una ligera neblina a lo lejos hacia el efecto de que el paisaje flotaba, aún y conque al mismo tiempo había que dar paso firme para no resbalar mientras comenzamos a bajar.

Ocaso en Cerro Cuate


La oscuridad nos cubrió a medio camino, iba platicando con Estrella, de vez en cuando mirábamos el cielo, para ver cuantas estrellas se podían apreciar, el silencio de la noche se rompió sólo cuando estuvimos muy cerca del pueblo, las luces estaban encendidas por doquier.

Metzeri en lo alto, Tatewari en lo bajo

Tenía una cita con papá Liborio para una limpia, así que fui a su casa, el abuelo ya estaba encendido, los muvieris estaban listos, algunas palabras también, Paliya también hizo lo propio, fue enternecedor ver la abuelo y al nieto dirigir las plumas al cielo, la luna brillaba en lo alto, algunas nubes intentaban alcanzarla, sin embargo, esa noche no lo lograrían.

Se volvió a ir la luz, solo que mucho más temprano, así que aprovechamos para disfrutar de la increíble vista del cielo estrellado, alcanzamos ver estrellas fugaces y uno que otro meteorito entrando en la atmósfera pues su luz era anaranjada o verde brillante, cosa de instantes, estar viendo en el momento justo, el silencio sólo se rompía por el ligero oleaje del agua.

Cerro Cuate con nubosidad


Nos levantamos a oscuras, el amanecer sus alcanzó ya casi en le río, había que salir temprano para tener un camino de regreso con espacio suficiente para para a comer con tranquilidad, las nubes coronaban al cerro Cuate, hacia un poco de fresco ahora si, el agua estaba muy tranquila, las mujeres nos fueron a despedir, abrazos y buenos deseos, la promesa de la vuelta, el motor de la lancha emprende el regreso hacia la cortina.

Cortina de la Presa de Aguamilpa desde el interior


Conforme amaneció el azul retomó el cielo, la vuelta a la ciudad es siempre un contraste ...


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