sábado, 30 de marzo de 2024

VISITA 45 A LA COMUNIDAD DE POTRERO DE LA PALMITA, MUNICIPIO DEL NAYAR

Sábado 16 de marzo de 2024 la neblina envuelve el camino en Tepic, durante un trecho de la carretera hacia la presa de Aguamilpa briseó un poco, recuerdo que alguna vez un mara`akame comentó que si eso sucede al llegar uno al sitio, se puede tomar como una bendición, así que un buen augurio nos da la bienvenida.

La neblina recién se levantaba

En el último trecho del camino, el sol se dejó ver y sentir, la calidez nos recibió junto con mi compadre Isidro y Chago para llevarnos a Potrero, las lanchas encendieron el motor y el azul en el cielo y el agua abrieron el paso entre los cerros para adentrarnos una vez más en la magia de la sierra del Nayar.

Vista de la presa Aguamilpa desde Potrero de la Palmita


El desayuno como siempre es una delicia, los abrazos y las sonrisas de las mujeres y los niños son el mejor recibimiento, se percibe la calidez de cada persona, el gusto por el encuentro.
Desde hace más de 10 años que visito estas tierras, que platico con las mujeres y veo crecer sus hijos y hijas, inclusive ahora conozco a sus nietos, es evidente el paso del tiempo y a la vez es una sensación de atemporalidad o permanencia, un trasfondo muy ligero pero vibrante...


Artesanía wixária


No hay visita en la que no adquiera alguna artesanía, ya hasta me dicen - lo hice en azul porque sé que ese el color que te gusta - y pues si, ya me conocen y hasta le saben a mis gustos, con algunas hay cierta complicidad, es diferente la relación con da persona y en este caso no es distinto, hemos compartido diferentes momentos de vida, palabras de diversos momentos cruciales de su vida y la mía, siempre hay sonrisas, pero también se ha hecho presentes en ocasiones, angustias, llantos, descontentos, mal entendidos, pero también mucho dialogo, tan fluido y profundo que los lazos de confianza son como las artesanías, bellas y resistentes.

Revisión dental en la artesanía

En el transcurrir de los años, algunas de las personas que se ha dado la oportunidad de acercarse, abrirse y conocer este lugar, han sido tocadas con la magia directo al corazón, como me sucedió a mí, es el caso de Itzel, recién egresada de odontología quien ya ha generado lazos y establecido un compromiso de compartir su saber con quienes aquí decidan aceptarlo, en esta ocasión, realizó una revisión dental a los niños para generar un diagnóstico y ver que procedimientos puede realizar en visitas posteriores.

En la imagen se mira como dos niñas se abrazan pues ambas se han dejado examinar la boca, aún y con el temor que eso conlleva, pero contentas de haberlo logrado juntas.

Armanda y Leodegaria preparando la comida

Sentirse como en casa, es muy fácil si te das la oportunidad de recibir, no sólo por parte de las mujeres que nos reciben en las cabañas, sino también por la sinceridad con la que te hablan los niños, pero también por lo que te brinda el lugar, sus vistas, sus aromas, sus sonidos, hay un toque único que se consolida al dejarte abrazar por todo en su conjunto, al resistirte a seguir en la dinámica de tu cotidiano y dejarte ser en lo que se te presenta.

Centro etnoturístico Tawexikta Lugar del sol

Los cambios son inevitables, que si hay calles empedradas y banquetas, que si hay más tiendas y construcciones de material y láminas, que ahora hay camionetas recorriendo las calles, que si han cortado varios árboles que daban buena y necesaria sombra, que si la luz con celdas solares funciona pero ya no como al principio, que si esto, que si lo otro. 
Finalmente sigue siendo Potrero de la Palmita y entre que hay cambios de infraestructuras, también ha habido cambios para retomar algunas prácticas del costumbre como comunidad y eso es de reconocerse.

Río arriba hacia Huaynamota

Hubo oportunidad de realizar un paseo en lacha hacia el atardecer, ese recorrido tiene unas vistas muy chulas de la sierra, sobre todo al pasar por la zona de peñascos, las formas me hacen pensar en los kaykauyaris, antepasados convertidos en rocas, en la imagen de abajo, pienso en un gran ser anfibio que en cualquier momento comenzará a caminar.

Peñasco en el río Huaynamota

Llegamos hasta donde la profundidad del agua lo permitió, poco después de los "sapos", así le dicen a unas piedras en lo alto de un cerro que tienen la forma de esos animalitos.

Durante el recorrido mamá Basilia me recordó donde eran los terrenos de su familiares, y también nos platicó como eran esos lugares hace mucho tiempo, cuando ella era niña e iba a cosechar sandías.

El viento refrescó la tarde noche y la lancha brincaba como toro mecánico, jajaja. Lo bueno que no tiró a nadie.

Por la noche departimos un rato con músicos tradicionales, algunas polkas y unas norteñas para antes de dormir, la luz se fue justo cuando terminaron de tocar, así que en cierta forma se señaló que ya era de descansar a gusto.

xaveri-violín y canare-guitarra wixaritari
Chuy alistando los instrumentos

Después del delicioso desayuno, tocaba ir a la muestra de música  danza, Chuy estuvo alistando la canarie y el xaveri, todo un experto, bien metido en su labor, para después deleitarnos con su ejecución.

Aureliano y Chuy

Pasa el tiempo, pero si alguien mantiene siempre el entusiasmo y da todo en la danza es el mara `akame Aureliano, su golpeteo es con fuerza, decidido y con pasión, es la muestra de como se hace en las festividades tradicionales, se comprende que aveces no es tan entregado el accionar si es una muestra para visitantes, pero aun así, él siempre contagia esa fuerza que activa el kipurí , la fuerza vital.

Julia en la panadería, recién salido el pan

Han sido pocas la veces que me ha tocado que hagan pan en comparación con las veces que he estado de visita, por eso hay que aprovechar cuando coincidimos, hay sido varios los grupos de mujeres que han estado a cargo de la panadería, pero en cualquier caso, el sabor es único, inigualable y delicioso, en esta ocasión, Chaga y Julia estaban ya plena vendimia, aproveché para llevar unos cuantos "velos de novia" son mis preferidos.

Maxa-venado


Cuando recién comenzó el proyecto de turismo en la comunidad se contaba con un venadario donde habitaban más de una docena de estos preciados animales de la cultura wixárika, con el pasar del tiempo, se fueron escapando, a veces había un par en el sitio o merodiando cercas, actualmente intentan retomar su crianza y cuidado, Aureliano es el encargado desde un inicio.

En el venadario con Aureliano y
un cuadro de estambre de su autoría

Si bien, Aureliano no habla mucho español, si lo entiende, no es necesario hablar mucho para sentirse a gusto con él, nos muestra su trabajo de cuadros de estambre, la técnica por excelencia del arte wixárika, él usa las formas y colores de los antiguos, no son tan llamativos o estridentes, pero son sus visiones, sus sueños, los mensajes que le han sido dados y que el plasma a través de sus manos.

Subida hacia el cerro cuate

Quizá el momento más esperado por muchos de los niños es cuando realizamos la caminata hacia el cerro cuate, el cerro sagrado. En la foto el chico que aparece d espaldas en Ricki, ahora tiene más cerca de 12-13 años, lo conocí cuando recién era un bebé de menos del año, y lo he visto crecer, hace poco me preguntó - ¿Jarumi, si ee cierto que tu me conociste cuando estaba así, puso sus manos al frente para indicar un tamaño entre ellas, recién nacido? - me dio mucha ternura su pregunta, a la ves que me hizo caer en cuenta que era cierto, las primeras veces que fui, su abuela lo traía cargando, así que asentí sonriendo, -sí, le dije, te conocí bien bebesito, y él también sonrió algo chiviado y sorprendido.

Vista de Anakie desde la cima de Cerro Cuate

Ese camino, es para mi, un momento de introspección y comunión con lo que me rodea, el sol está bajando mientras subimos, las piedras siguen donde las vi pro primera vez, esto suena extraño, pero es algo en lo que pienso cada que subo, sobre todo en el trecho que me recuerda mucho la última parte de la subida en el cerro Quemado en Real de Catorce.

Es una actividad que me llena de regocijo, es cansada, extenuante a veces, me hace ver que el tiempo pasa, no necesariamente por el cambio en el paisaje, sino en mi organismo, en mi cuerpo físico.

La vista que recompensa el esfuerzo, abraza mi ser a través del viento, la sierra madre occidental es hermosa, cada una de esas montañas y cerros, guardan historias vivas que habitan desde tiempos inmemoriales, por momentos quisiera pasar el día entero ahí, escuchando esas historias mientras las nubes recorren su camino.

Anakie se mira en esta ocasión muy claramente, el nivel del agua es regular, no hay ramas emergiendo a su alrededor, pero la franja blanca en su base deja ver que estamos en la época de secas. Tengo pendiente ir a visitar nuevamente.

Atardecer en la cima de Cerro Sagrado Cuate

El sol está próximo a despedirse, el viento reconforta nuestro ser.
Después de tanto tiempo, siempre hay para quien es su primera vez y no me refiero a los visitantes, sino a los mismos niños, en esta ocasión, se trata de la chica que vemos en la foto, nunca había subido, le habían contado que desde arriba se miraba todo el pueblo, le pregunte -¿Y qué te parece?- se mira bonito me respondió, -¿entonces si valió la pena el esfuerzo?-, sí a la vez que sonreía porque me había dicho que si era algo cansado llegar hasta arriba, su sonrisa es uno de esos recuerdos que atesoro, esa expresión de ver algo por primera vez es única.

Diseño de Muvieri Medrano


Mamá Basilia es quien suele guiarnos hacia la cima, en esta ocasión, llevaba la manta que pintó Muvieri Medrano quien comentó que era la primicia del diseño para las maxi letras de la comunidad. Independientemente de cuando se lleve a cabo su fabricación, es de recocer el talento para plasmar los elementos representativos de la cultura del lugar, incluyendo el colorido que caracteriza a la misma. El viento nos dio chance de hacer un par de tomas, porque en cualquier momento eso podía convertir en un paracaídas :P

Ocaso mientras bajamos del cerro cuate

Una de las partes más divertidas y extremas es bajar del cero cuate, ya que los niños por lo general bajan corriendo en las zonas más empinadas, entonces uno mejor hace a un lado para no estorbar. Afortunadamente ya luego nos esperan para caminar juntos de regreso, casi siempre acompañada por dos o tres de ellos en esta ocasión, fueron Chico, Kevin y Chilin me parece.

Por momentos platicamos sobre cuantas veces hemos subido al cerro, cuantas veces he ido a Potrero y así. Ya luego ellos comienza a platicar entre sí y me entero de algunas cosas que suceden en la primaria o en la secundaria. 

También pasa como en esta ocasión, ya era de noche, estaba oscuro, las estrellas se miraban bien clarito, de pronto vimos unas luces como en fila que se movían juntas, eran los satélites esos que parecen un tren, eso desencadenó una serie de historias, de cuando habían visto, esferas luminosas, triángulos brillantes o la vez que con su tío vieron como dos luces se encontraban lanzaban rayos y luego desaparecían, son de los mejores momentos, previos a bajar corriendo de nuevo y yo tener que hacerlo también o de lo contrarió me quedaría atrás, corriendo el riesgo de darles oportunidad de adelantarse y esconderse para salir de sorpresa...

Esa noche visité a papá Liborio para conversar un rato y agradecer las bendiciones recibidas con velas encendidas y plumas limpiando los males...

En algún momento de la mañana, caminaba con Estrella hacia el río y le dije espera, a la vez que tomaba una foto a los picachos, ella me dijo - Jarumi que le tomas si ya tienes mil fotos de esa -,nos dio risa, pero le dije que aunque era el mismo lugar, nunca eran iguales porque eran a diferente hora y siempre sería diferente por el solo hecho de que eran en distintos días, a lo que solo dijo, -bueno, si lo dices así - ...

Amanecer en la presa de Agualimpa

Si bien el tiempo en la sierra siempre se "tuerce" y un día pareciera durar muchos días, había que regresar, no sin antes agradecer y prometer el regreso a la brevedad.

La frescura de la mañana se respiraba en el viento que recién despertaba a las nubes bajas aún en los cerros, el sol encaminaba su presencia hacia el lugar que habita Tawexikta...

Atardecer en Zitácuaro, Michoacán

Después de haber sido feliz en la sierra, el camino nos regaló además un hermoso atardecer sobre la carretera, a la altura de Zitácuaro Michoacán, en donde un amigo perruno se acercó y acompañó por un rato, parecía posar, disfrutar tanto como nosotros de la calidez y la fuerza de los últimos rayos del sol, una bendición más, perfecto para cerrar una experiencia más.

 



















 

 











 

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